Cuando queremos armar una PC que sea capaz de correr los últimos juegos del mercado o al menos en los que estamos interesados, sin duda alguna en lo primero que pensamos es en la tarjeta de video o gráfica para integrarla, ya que en cuanto a juegos dicha pieza es el hardware principal que le dará rendimiento y fluidez a los FPS al correr un título.
Cuestiones a observar una tarjeta gráfica
Para empezar, el primer mito que se debe aclarar es que una tarjeta de video no basa su rendimiento en la memoria RAM que integra, de ninguna manera. En palabras simples, que una tarjeta gráfica tenga 4 GB de RAM no indica si será buena para un tipo de juegos específico o no, por lo que no es un factor de compra y muchos suelen caer en el mismo.
Aclarado este punto, ahora tenemos que saber que las tarjetas gráficas vienen por gamas o nomenclaturas y que las mismas son usadas por AMD y Nvidia como compañías líderes en el segmento gráfico.
Por ejemplo, mientras AMD utiliza ahora la nomenclatura 5xx y 4xx en sus tarjetas, Nvidia hace uso de la gama 10xx y 11xx en las que producen. Ahora bien, el rendimiento de cada tarjeta es inferior a la que le sigue en número en ambos casos. Es decir, una AMD Radeon 570 rinde menos que una Radeon 580, así como una Nvidia GTX 1060 rinde menos que una GTX 1070.
Por otro lado, el primer número de la nomenclatura para AMD y Nvidia corresponde a la arquitectura y generación, teniendo mejoras y mayor rendimiento energético la serie más reciente con mayor número, siendo mejor una tarjeta RX 570 que una RX 470 en el caso de AMD, y una GTX 1170 que una GTX 1070 en el caso de Nvidia, respectivamente.
En general, también se recomiendan ensambladores de tarjetas reconocidos como Asus, MSI, XFX, Aorus, entre otros, así como escoger una tarjeta acorde con el sistema y siempre utilizar una fuente de poder certificada.
